Reseña
Ramón Salaverría (coordinador)
Ciberperiodismo en Iberoamérica.
Editorial Ariel. Barcelona, 2016, 441 pp.
Este libro, organizado y editado por Ramón Salaverría, reúne a 31 investigadores de 22 países en un estudio y reflexión sobre los primeros 20 años del ciberperiodismo en todos los países de habla hispana y portuguesa de América y Europa. El resultado es un trabajo pionero en cuanto al tema, la complejidad con la que se analiza y el estilo.
En 1995, medios de comunicación tradicionales, o no, de 14 países de Iberoamérica ingresaron al campo del ciberperiodismo. Al año siguiente, los ocho países restantes ya andaban por el mismo camino. Este proceso, que era una adaptación a un cambio tecnológico en la información y comunicación, no tenía hasta antes de este libro un análisis general y completo. Si bien es cierto existían investigaciones, estas estaban inéditas o no abarcaban una gran extensión geográfica.
Por eso, este libro llega a llenar ese vacío. Por primera vez se logra realizar un trabajo que abarca a todos los países de Iberoamérica. Cada uno tiene un capítulo propio de descripción y análisis, pero todos siguen una misma matriz. Esta característica facilita al lector las comparaciones y el entendimiento de esta realidad. Además, la matriz utilizada contiene aspectos que se interrelacionan y amplían la visión de la evolución del ciberperiodismo.
El punto de partida de la matriz usada es el contexto tecnológico y aquí conviene destacar que, aunque se podría pensar que el registro estadístico abunda, no es así. Los investigadores se encontraron con información dispersa o incompleta que tuvieron que contrastar y organizar para respaldar su trabajo.
Aquí recordaremos que cuando comienzan los primeros intentos de ciberperiodismo, 30 millones de personas tenían acceso a internet en todo el mundo y que al 2015, la cifra era de 100 veces más usuarios. Esta llegada y avance masivo de la tecnología de información y de la comunicación tiene su explicación en la rapidez en la adopción de dispositivos, el abaratamiento de la tecnología y la facilidad de uso (p. 424), una realidad que ha impactado no solo en el campo del periodismo, también en otros sectores.
Al concluir los 22 capítulos, el lector entenderá por qué el contexto tecnológico fue y es el generador del cambio en el periodismo y por qué es que impacta tanto en los contenidos y procesos editoriales.
El segundo aspecto de la matriz analiza el ciberperiodismo. En este punto se han elaborado cuadros propios para cada país que son de fácil lectura, además se cuenta con explicaciones de este proceso a lo largo del tiempo y narraciones de experiencias exitosas y otras que intentaron serlo pero no lo lograron. Este apartado resulta gratamente enriquecedor porque se ha incluido un recordatorio de lo que fue la primera aproximación de los medios al mundo digital como el audiotex, videotex, teletexto o la experiencia del Jornal do Commércio (Brasil) que puso en marcha un sistema de envío de archivos de texto a través del protocolo Gopher (p. 45)
En cada uno de los países estudiados existe una lista y un recuento detallado de los medios que, por orden cronológico, decidieron ingresar al campo del ciberperiodismo. Ahí encontraremos, por ejemplo, la historia del Jornal do Brasil, en Río de Janeiro, que el 28 de mayo de 1995 lanzó su edición de internet y que quince años después dejó el formato impreso para existir solo en la web o la historias de medios españoles y portugueses que desde 1994 ya realizaban algunas pruebas.
En la descripción de los casos y su respectivo análisis saltan algunas singularidades como el hecho que casi la totalidad de medios, a la hora de producir contenidos, no consideren la posibilidad que da internet de un mercado global y sus contenidos informativos sean locales.
El tercer punto analizado es el perfil profesional, formación y marco legal. Aquí resulta de gran interés no solo las características del inicio y de ahora de los ciberperiodistas, los investigadores han ido más allá y han obtenido recomendaciones sobre la formación hacia la que deben apuntar los ciberperiodistas y la manera cómo se debe integrar el trabajo desde el campo de la comunicación con el tecnológico. La recomendación, que debería motivar al debate, es el encontrar maneras de formar periodistas que sean capaces de atender y entender las necesidades informativas y de acceso a la información en un mercado tan dinámico como el que nos toca vivir.
El marco legal vigente en cada país de Iberoamérica y su impacto en el ciberperiodismo, también forma parte de este estudio.
El análisis en cada país se cierra con una proyección sobre el futuro del ciberperiodismo. Este punto es novedoso porque los especialistas consultados plantean retos que van desde los éticos hasta los económicos.
El libro no solo está bien pensado y trabajado al emplear una misma matriz en el proceso de investigación, también tiene un marco teórico que, desde el inicio ubica muy bien al lector y cierra con un epílogo que sintetiza y abre una puerta de debate sobre la redefinición del modelo de negocio, la necesidad de innovar y que este trabajo tenga aceptación en el mercado y haga, de una vez por todas, sostenible las iniciativas que desde el ciberperiodismo se plantean, algo que ya va siendo necesario después de haber andado 20 años por el camino del ciberperiodismo.
Por Irina Mauricio