Reseña
David Hidalgo y Fabiola Torres
La navaja suiza del reportero: herramientas de investigación en la era de los datos masivos .
Consejo de la Prensa Peruana. Lima, 2016, 94 pp.
Desde el estallido de la Internet en los noventa, poco a poco nos hemos visto envueltos por un ecosistema digital que ha condicionado diversos aspectos de nuestra vida. En el ámbito informativo, el público –cada vez más exigente– reta constantemente al profesional de la noticia y este, a su vez, descubre un increíble universo de posibilidades para construir sus productos informativos y ponerlos en exhibición.
El periodismo de datos aparece en esta era como una novedad demandante. Existen millones de datos en potencia contenidos en una inmensidad de bases de datos que reclaman por convertirse en historias que contarse; y existen también, gracias a la tecnología, una gama de herramientas que pueden hacer de ello una realidad. La labor del periodista está en el centro, como cabeza pensante, con esa curiosidad especial y ese talento de storyteller.
En este sentido, el libro “La navaja suiza del reportero: herramientas de investigación en la era de los datos masivos” se presenta aquí con la promesa de hacer un recorrido por los mejores trabajos realizados en el periodismo de datos contemporáneo y sus principales herramientas. Sus autores son los periodistas de investigación David Hidalgo y Fabiola Torres, ambos con amplia trayectoria profesional y fundadores de Ojo Público, un reconocido medio digital peruano de periodismo de investigación y nuevas narrativas que tiene en su haber publicaciones de impacto nacional e internacional.
Calificado por sus mismos autores como un manual, “La navaja suiza del reportero” se estructura en tres capítulos. El primero de ellos, titulado “El nuevo alfabeto del periodista”, plasma en sus páginas la reinvención del periodismo con base en los datos masivos. Con un inicio que introduce al analista estadounidense Edward Snowden, conocido por hacer públicos documentos clasificados como de alto secreto sobre varios programas de la NSA, esta primera parte promete y lo cumple.
Un encuentro entre una mente matemática y analítica como la del hacker Snowden con otra estratégica y curiosa como la del periodista Glenn Greenwald marcan un hito en el periodismo. Esto no solo por las investigaciones producto del cruce de data y talento de ambos personajes, y por el impacto a escala internacional de las mismas, sino también porque develan que “se requiere un cambio en las capacidades técnicas y en el pensamiento operacional del periodista” (p. 18).
De esta forma, este primer apartado del libro, que incluye además la narración y posterior reflexión de los casos Wikileaks y la formación de la comunidad HackHackers, permite entender una cuestión básica: la época actual no le exige al periodista más de lo que no pueda comprender. Si el profesional de la información elige el camino de la investigación y los datos, lo que se requiere de él, no es que sea un programador, sino que tenga una mente abierta y pensante, y que sea capaz de admitir que su camino no va en solitario, pues requiere de un especialista en procesamiento de datos.
La segunda parte del libro llamada “¿Cómo rastrear delitos en una base de datos?” hace un recorrido por diversas partes del mundo para mostrar un total de veinte investigaciones de gran repercusión basadas en el periodismo de datos. El primer grupo de estas, Investigaciones con data filtrada, abre un debate sobre el encuentro entre periodismo y tecnología: “¿Son válidos los documentos obtenidos por hackeo? ¿Cómo hacer que nos digan lo que en verdad necesitamos saber?” (p. 41).
Tales cuestiones no son resueltas en el libro, pero los casos que se muestran dan paso a la reflexión del lector. Así, siguiendo una estructura que contempla medio, revelación, proceso y herramientas de análisis de datos, e impacto; se analizan los Offshore Leaks, los Lux Leaks y los Swiss Leaks. Todas estas investigaciones, encabezadas por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), remecieron esferas económicas y políticas y además fueron galardonadas.
Los otros dos grupos de investigaciones que incluye este segundo capítulo son aquellas hechas a partir de data pública y aquellas apoyadas en bases construidas. Los trabajos periodísticos elaborados gracias a la data pública demuestran que un escenario libre para la expresión e información, como el de noventa países, constituye una ventaja para el periodismo. Mientras que las investigaciones con bases construidas por los propios periodistas sirven como experiencias que inspiran el desarrollo de nuevos temas.
El apartado final de esta publicación, “El camino hacia una cultura de innovación”, se centra en la experiencia peruana. El capítulo inicia en 1997 con un caso de investigación periodística previo a la publicación de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública (2001), y continúa con una serie de trabajos caracterizados por el uso que empiezan a hacer los periodistas de las nuevas herramientas de investigación. De esa forma, se llega la creación de los primeros laboratorios digitales de periodismo de investigación del Perú: Ojo Público y Convoca, ambos conformados por periodistas y programadores.
Sumado a todo lo tratado líneas atrás, merece destacarse el diseño fresco y bien distribuido, y la adecuada combinación de aportes que ofrece esta publicación. En cada capítulo, además del desarrollo de su temática principal, el libro presenta un conjunto de complementos valiosos para el entendimiento y aprovechamiento del lector, como guías prácticas, sitios webs de consulta imperdible, infografías didácticas, estudios de casos y otros anexos.
“La navaja suiza del reportero: herramientas de investigación en la era de los datos masivos” realiza un retrato del periodismo de datos y del trabajo de sus artífices en los últimos años, lo que revela cómo es que gracias a la tecnología la profesión “tiene un amplio margen para elevar sus estándares en beneficio de los ciudadanos y la cultura democrática” (p. 7). Estamos frente a un libro que resulta imperdible para periodistas, académicos de la comunicación, estudiantes de periodismo y lectores interesados en el periodismo de investigación.
Por Kelly Robledo Dioses