Reseña/
María Luisa Portugal
Periodismo de frontera: un proyecto para la paz
Editorial Académica Española Saarbrücken (Alemania), 2012 200 pp.
En el ámbito de la Comunicación Internacional, definida como un proceso de intercambio de información entre los actores internacionales, pueden distinguirse diversas formas de practicarla y teorizarla. Entre estas hay que mencionar a la Diplomacia Pública de los Estados, la Paradiplomacia, la Diplomacia Ciudadana, el Periodismo Internacional, etc.
La diversidad de conceptos enumerados arriba obedece, en parte, a la proliferación de nuevos centros de decisión interesados en involucrarse en la toma de decisiones y/o en resolución de los conflictos globales; asimismo, al interés de un público internacional cada vez más deseoso de entender cómo afecta a su convivencia este proceso de relación entre los actores internacionales (estatales o no).
Toda esta transformación ha permitido a la Dra. María Luisa Portugal, profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Piura (UDEP), Perú, estudiar -por más de tres décadas- el rol de la comunicación en la configuración de las relaciones internacionales, especialmente, las bilaterales entre Ecuador y Perú, envueltas por más de 50 años en un conflicto que finalizó con el acuerdo de paz de 1998.
Periodismo de frontera: un proyecto para la paz es fruto de una triple tarea de la autora: la docencia, la investigación y la responsabilidad de contribuir a la consolidación de la paz en este escenario binacional La obra en mención destaca inicialmente
una idea clave: las fronteras, en lugar de ser vistas como líneas o espacios divisorios entre países, deben percibirse como grandes oportunidades para integrar pueblos y/o culturas que las constituyen. Pero esta integración requiere de un fuerte compromiso de los denominados «periodistas de frontera», quienes han de promover esa comunicación interactiva y asertiva que permita el desarrollo y la paz. La universidad -en este ámbito- tiene una gran responsabilidad.
Bajo esta perspectiva, Portugal divide su obra en tres capítulos. En el primero, titulado «La universidad como un actor de la diplomacia ciudadana», la autora señala que la universidad no solo es un centro académico de estudios superiores, sino también un actor de la diplomacia ciudadana. Esto es -dada su universalidad (universitas: universal)-, está llamada también a plantear soluciones a los principales conflictos, hoy globales. Para ello, las ubicadas en zona de frontera deben procurar -con mayor compromiso- crear especializaciones, espacios de investigación, redes, encuentros y centros de estudios que generen con la teoría, estrategias para la solución de aquellos conflictos que alteran la paz y causan estereotipos, subdesarrollo y separación en esas zonas fronterizas.
En un segundo capítulo, titulado: «Periodismo de Frontera», la autora explica los conceptos de «frontera», «zona de frontera», «habitante de la zona de frontera» y «cultura de frontera». Pone énfasis -de manera especial- en los elementos comunes de la zona de frontera ecuatorianoperuana (hermanamientos, reuniones municipales y de cámaras de comercio, encuentros de diversos grupos, actividades y proyectos, ferias binacionales, peregrinaciones religiosas, incluso numerosos matrimonios entre ecuatorianos y peruanos), aspectos que, además, han motivado la propuesta de crear la primera ciudad binacional «Huaquillas-Aguas Verdes» que -en palabras de Portugal- «de concretarse la iniciativa, se convertiría en un importante testimonio de integración binacional ciudadana en Latinoamericana» (pp. 54-55).
Con mayor razón, dadas las relaciones sociales, económicas, políticas, culturales… que genera este nuevo espacio, se requiere de la participación del «periodismo de frontera», definido en el libro como «una modalidad del periodismo internacional porque busca, selecciona, produce, analiza y comunica informaciones sobre acontecimientos que se desarrollan fuera de las fronteras nacionales, que afectan a la relación binacional (en este caso a la relación transfronteriza) y están referidas al ámbito de las Relaciones Internacionales, propiamente dicho» (p. 59). Este capítulo aporta también a la definición de noticia transfronteriza, una serie de recomendaciones para su cobertura, así como el papel que deben cumplir los profesores universitarios, dedicados a la formación de los futuros profesionales en este campo, bajo el criterio de la cultura de paz.
En el tercer capítulo -«Un proyecto para capacitar a periodistas de frontera»-, Portugal describe las metas, la metodología y los principales aportes del «Programa de capacitación de periodistas para la consolidación de una cultura de paz en la zona de frontera Ecuador-Perú», proyecto ejecutado entre el 2001 y el 2003 -en tres etapas- por la Facultad de Comunicación (UDEP), desde su área de Comunicación Internacional que, además, es dirigida por la autora de esta publicación. El proyecto contó con el apoyo del Gobierno de Navarra (España) y de la ONG ProPerú con sede también en España.
Para el mencionado Programa, fueron seleccionados 80 periodistas de los diversos medios de la zona de frontera ecuatoriano-peruana para ser capacitados en los siguientes temas: diplomacia ciudadana y resolución de conflictos, el protagonismo del periodismo en las relaciones bilaterales, responsabilidad del periodista en la cobertura de la información en zona de frontera, etc.
El libro también incluye el directorio de los periodistas participantes, algunas conferencias desarrolladas en los programas por destacados historiadores de ambos países, discursos de algunos periodistas, así como el acta de fundación de la Asociación Internacional de Comunicadores por la Paz (AICOPAZ), nacida como fruto de esa capacitación.
La obra supone la continuidad del libro-memoria del programa de capacitación a periodistas de zona de frontera (2004). Al mismo tiempo, permite identificarlo entre los primeros trabajos en este campo a nivel latinoamericano y quizá mundial lo que le da el valor de ser un texto obligatorio para la consulta de quienes hacen investigación y practican la comunicación internacional, el periodismo en zonas de frontera, estudiantes y lectores aficionados por conocer estos nuevos procesos o formas de integración.
Con un lenguaje ágil y sencillo, Portugal pone en nuestras manos una obra muy bien estructurada con numerosos textos a nivel bibliográfico que permiten pensar en la práctica responsable del «periodismo de frontera» en varias zonas del mundo y, especialmente, en América, cuyas fronteras aún soportan numerosos conflictos que desintegran y generan estereotipos. La universidad, mientras tanto, tiene aquí una nueva praxis, un nuevo objeto de estudio al que deberá comprender mejor para ofrecer la formación adecuada para quienes deseen profesionalizarse en este campo.
Por Oscar Omar Terrones Juárez
oterrones@usat.edu.pe