Editorial
En unos tiempos en los que se discute el sentido mismo de la existencia, el cine se ha convertido en un medio contenedor de reflejos positivos sobre todo aquello que se relaciona con el ser humano. Siguiendo esta lógica humanista, la Revista de Comunicación acoge en esta oportunidad los mejores textos que se presentaron en el pasado Congreso Internacional de Cine, organizado por nuestra Facultad. El citado Congreso, que se tituló “El Cine: reflejo del hombre”, se celebró en Piura los pasados 2 y 3 de noviembre de 2006 y, entre los cerca de 350 asistentes, contó con la participación de tres expertos internacionales así como de destacados ponentes nacionales e internacionales. Es un honor y un placer para nosotros prolongar a través de estas páginas, la vigencia de contenidos que se debatieron en aquella ocasión.
En la sección de “Artículos de investigación”, el profesor Antonio Sánchez-Escalonilla subraya la condición del cine como medio de formación continua de nuestra personalidad ya que, en cuanto narración, ofrece a creativos y espectadores una referencia directa a la realidad y al mundo que habitamos. Adicionalmente, el autor ofrece una serie de claves narrativas de las que se valen los guionistas para construir sus relatos cinematográficos. La necesidad de que el cine refleje, sin deformarlo, el misterio humano está también presente en el texto del profesor Juan José Muñoz García que destaca el carácter antropológico del séptimo arte ya que éste nos ensancha nuestra imagen de lo real y nuestra experiencia virtual de la vida. Asimismo, el autor ofrece un instrumento metodológico para valorar el calado ético de una película a partir de los conceptos de encuentro, dominio y fusión, propios de la filosofía personalista. Por su parte, el especialista en cine Ricardo Bedoya completa esta perspectiva con el repaso de algunas películas y realizadores que han sabido acertar al mostrar en sus obras actividades tan humanas como las de nacer, amar, desear, tomar decisiones, construir sociedades, sentir dolor o morir. Otros dos textos enriquecen esta mirada antropológica del cine. El de la doctora Idoya Zorroza destaca el rendimiento formativo del cine para el ser humano, como “animal que crea y se alimenta de historias”. El del profesor Víctor Hugo Palacios recuerda la condición del cine como medio privilegiado para explorar la condición humana, pero no sólo en lo que aquélla tiene de efectiva y visible sino también a la hora de representar lo que el hombre no tiene, o aguarda o teme.
En la sección “Artículos de divulgación”, orientada como siempre a investigaciones de carácter más aplicado, se recogen análisis antropológicos tanto de películas -¡Qué bello es vivir! o Naúfrago- como de cineastas – Víctor Erice-. A pesar de la diversidad de sus propuestas, estas películas tienen algo en común: todas ellas han logrado reflejar una parte del misterio y de la grandeza humana, lo que hace de ellas textos universales. Esta sección se completa con el relato de una experiencia concreta llevada a cabo por profesores peruanos en un intento de hacer de la crítica y el cine fórum actividades complementarias, y no excluyentes, como a veces se les considera. Finalmente, el profesor Denis Porto ofrece un repaso de algunas producciones brasileñas recientes que rescatan la mezcla de realidad y ficción que caracterizó al cine en sus comienzos.
Finalizamos el monográfico con la publicación de las sugerentes entrevistas que uno de nuestros alumnos, Rento Velásquez, realizó a tres de nuestros invitados internacionales. Esperamos que los contenidos del presente número sean de su interés.