Reseña/

 

Octavio Rojas, Julio Alonso, José Luis Antúnez, José Luis Orihuela y Juan Varela

Blogs. La conversación en Internet que está revolucionando medios, empresas y ciudadanos

ESIC Editorial. Madrid, 2005.300 pp.

 

Y sucedió que un día, cualquier persona de cualquier edad y desde cualquier parte del mundo podía publicar en Internet. Bastaba un ordenador con conexión on line. Entonces, la llamada “red” se convirtió en la biblioteca universal más grande jamás construida, donde los autores casi siempre estaban dispuestos a conversar con uno, siempre y cuando estuviesen vivos. O libres.

 

Textos, fotos, audios, videos, ideas y opiniones viajaron a velocidades sin precedentes. Todo sin pago de dominio y alojamiento; sin necesidad de diseñadores o programadores; sin mayores oficios que el de saber escribir un e-mail. Todo con el adicional de saberse leído, escuchado, visto y comentado por pares, quizá lejanos en geografía, pero cercanos en interés. Todo, o casi todo, desde unas páginas web un tanto peculiares que el mundo comenzó a llamar blogs.

 

No quedaron excluidos los cuestionamientos públicos de blogs contra los medios, de los medios contra los blogs, de los investigadores contra los viejos postulados y de las jóvenes quinceañeras contra los antiguos novios.

Fue en medio de este ruido cuando cinco famosos blogers (un destacado profesor universitario, un laureado periodista, un experto en relaciones públicas, un visionario desarrollador web y un empresario de los nuevos medios) se dieron a la franciscana tarea de explicarnos desde cero qué son los blogs y por qué están causando tanto alboroto.

 

El resultado tiene carátula amarilla, 300 páginas, lectura fácil y subtítulo largo: “Blogs. La conversación en Internet que está revolucionando medios, empresas y ciudadanos”. Naturalmente, el libro tiene un espacio en Internet (un blog*) desde el cual los lectores pueden no sólo acceder a las páginas web citadas sino también opinar, aprobar, reprobar, comentar y dialogar con cada uno de los autores.

 

Abre el libro José Luis Orihuela definiendo a los blogs. Los define, los descompone, los describe, se remonta a sus primeros días (incluye fotos), agrega pautas para valorarlos, para leerlos; los relaciona como grupo, como gente que conversa; los mide en sus hábitos, los clasifica y sopesa lo que han sido, lo que son y lo que serán (o pueden llegar a ser).

 

Orihuela finaliza el capítulo con una nutrida lista de blogs ordenados por género. Suficiente como para sentarse frente a la computadora y explorar.

 

Evidentemente, esta aventura de publicar en Internet hubiese sido impensable sin aquellos traviesos –y hoy legendarios– “chicos de informática” ni sus noches sin dormir. De la aparición de los blogs, de sus jóvenes inventores (de sus aventuras y desventuras) da cuenta José Luis Antúnez en su repaso por la breve historia del “programa” que hizo posible decir cosas en la red.

 

Incluso si a estas alturas el cuerpo te pide acción, puedes apoyarte de una guía de páginas web donde puedes empezar un blog (opciones en inglés y español).

 

Capítulo aparte (el tercero del libro) merecen los cuestionamientos de Juan Varela respecto a este nuevo escenario donde medios tradicionales se encuentran –y “desencuentran”– con los blogers en la red:

Cualquiera puede publicar, pero, ¿Qué pasa si “ese cualquiera” comienza a ganar lectores? ¿Qué ocurre cuando son muchos los que denuncian los errores de los medios? ¿Acaso es inevitable una relación de conflicto entre prensa y blogs? ¿Dónde está el cuarto poder? ¿Son los blogers periodistas? ¿Quieren serlo? Y en contraparte, ¿qué está haciendo la prensa ante este fenómeno? ¿le afecta? ¿Debe ser el periodismo una conversación? ¿Quién marca la agenda del ciudadano común? ¿Los medios han dejado de ser “sociales”? Y los ciudadanos: ¿han cambiado su manera de consumir los medios, de participar en lo público, de intervenir en la política?

Gracias a Dios –y a la investigación del propio Varela–, las cuestiones arriba planteadas son atendidas con
objetividad, subrayando ejemplos concretos (hechos reales, fechas, noticias, acciones de la prensa, reacciones ciudadanas, etc.), existentes y accesibles desde Internet.

 

Desde luego, una polémica tan abierta, vigente y encendida, lo menos que provocará es alguna discrepancia.

Discrepancia que Julio Alonso se encarga de resolver con el idioma universal de las matemáticas. Modelos de negocio en torno a blogs, aplicaciones para empresas, nanomedios, gente de carne y hueso que gana dinero en metal (y en papel). Nombres, direcciones electrónicas y listado de empresas de comunicación on line constituidas en torno a los blogs. Referencias hechas por quien ha trajinado y construido la primera (o segunda) trasnacional de este tipo (Weblogs SL) en el mundo de habla hispana.

 

Discrepancia que Octavio Rojas enfrenta en un escenario distinto: las relaciones públicas. Después de todo ¿por qué conformarse con un banner?

 

Según demuestra Rojas, los políticos escriben blogs, los CEOs escriben blogs y, si no te has dado cuenta, hasta la competencia escribe blogs.

 

Entonces, ¿Cómo darles un denominador profesional? ¿Cómo usarlos para momentos de crisis? ¿Cómo aprovecharlos para comunicación interna? ¿Cómo saber lo que se dice de nosotros en Internet y estar a la altura de dar una respuesta? Los casos prácticos y “las respuestas” que se han dado –y se siguen dando– son la manera de Rojas de compartir su peculiar modo de ver este nuevo universo digital.

 

Son pocos los libros que se pueden “seguir leyendo” una vez acabada la última página. Al menos por ahora. El mérito del texto que he tenido entre manos no sólo está en traducir al lenguaje más elemental aquello que ya es considerado un fenómeno irreversible sino que además da viento suficiente como para desplegar las velas de la curiosidad y navegar por este mar sin orillas que es internet.


*http://www.librodeblogs.com/

 

Por Giovanni Lamarca Arana
lamarcarana@gmail.com


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