Reseña/
Daniel Santoro
Técnicas de Investigación, Métodos desarrolados en diarios y revistas de América Latina
Fondo de Cultura Económica México, 2004 287 pp.
Azotados por una ola de corrupción que resulta ingobernable e inmortal en algunos casos, los países latinoamericanos seguimos sin encontrar un norte en medio de tanta impunidad y desprestigio. La apertura al libre mercado ha reducido el poder político y ampliado el poder económico, fortaleciendo un poder de facto, que ostentan muchas empresas, por el mero hecho de encontrarse en situaciones de monopolio o en realidades locales que desconocen sus movimientos internacionales.
En esta coyuntura, la prensa, que antaño sirvió como un instrumento para vigilar a los poderes del Estado se
enfrenta a un nuevo enemigo: el poder económico de facto, cuyos movimientos son desconocidos en la medida que la única experiencia que tiene a sus espaldas es la de lidiar con poderes legítimamente constituidos, no con los camuflados bajo el dinero.
En esta coyuntura, se introduce el libro de Santoro, Técnicas de 1nvestigación, Métodos desarrollados en diariosy revistas de América Latina. Una obra útil en la medida que recuerda muchos principios fundamentales a los periodistas de investigación, y muestra nuevas técnicas a los recién iniciados en este campo. La obra, que se divide en nueve capítulos y un apéndice, es una importante recopilación de una serie de reuniones de periodistas de investigación de toda América Latina, incluido el célebre escritor Gabriel García Márquez, cuya Fundación patrocina estos escritos. Desde esta perspectiva Técnicas de 1nvestigación es una obra que ha conseguido conjugar el ejercicio
empírico más apasionante de la investigación, producto de la experiencia exitosa de muchos profesionales del continente, junto a una teoría más exacta y redimensionada a las necesidades más frecuentes a las que se enfrentan los periodistas latinoamericanos.
En el libro se detallan técnicas como el cruce de datos, la búsqueda de documentos públicos, la entrevista en profundidad, el uso de internet y estrategias como el seguimiento de la ruta del dinero, entre otras. Todas narradas con el espíritu vivencial de los protagonistas.
Junto a un repaso histórico del periodismo de investigación como oficio, se encuentran desde el principio temas fundamentales como el saber distinguir entre las investigaciones periodísticas y las primicias, o los requisitos que debe cumplir todo buen periodismo de investigación (pp. 22-26). Con ello el libro centra el tema y evita segundas o terceras interpretaciones de la labor investigativa.
El libro rescata técnicas importantes como la observación estructurada, desarrollada desde principios del siglo XX por el reconocido periodista Robert Park, fundador de una de las escuelas más prestigiosas de comunicación como la Escuela de Chicago; y habla también de temas espinosos como el uso de la cámara o el micrófono ocultos (pp. 81.).
Por si fuera poco, la obra entrega en forma de apéndice la experiencia de otros seis colegas latinoamericanos de renombre, como Marcelo Beraba (Brasil), Gerardo Reyes (Colombia), Horacio Uerbitsky (Argentina), Gerardo Albarrán (México), María Teresa Ronderos (Colombia), Gabriel Michi (Argentina) y Ricardo Uceda (Perú), quienes hacen un balance de la situación del periodismo de investigación en sus respectivos países (pp. 1 87-248).
Finalmente, el libro desarrolla detalladamente dos casos completos, exponiendo los razonamientos y conjeturas con las que hubo que lidiar paso a paso. Este ejercicio es sumamente interesante y enriquecedor para los periodistas interesados en este tema y para los estudiantes deseosos de abordar este campo. Siempre he sostenido que gran parte del ejercicio periodístico está aún por escribirse y esta obra constituye un valioso aporte a nuestra profesionalidad.
Por José Luis Requejo Alemán