Revista de Comunicación, 2020, vol.19, N° 2. E-ISSN: 2227-1465

https://doi.org/10.26441/RC19.2-2020-R2


Unfaking news. Cómo combatir la desinformación

Magallón Rosa, R. Pirámide, Madrid, 2019 , 204 pp., ISBN: 978-84-368-4105-3

Susana Herrera Damas1 http://orcid.org/0000-0002-1755-1621

1 Doctora en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra y Profesora Titular de Periodismo en la Facultad de Humanidades, Comunicación y Documentación de la Universidad Carlos III de Madrid, en donde imparte las asignaturas Radio informativa y Metodología de la investigación en el ámbito de la comunicación mediática y dirige el programa de doctorado en Investigación en Medios de Comunicación. dherrera@hum.uc3m.es

Recibido: 8-05-2020 – Aceptado: 15-08-2020

En este ensayo, Raúl Magallón, profesor de Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid, aborda el relevante y espinoso tema de la desinformación con el objetivo, en sus propias palabras, de “describir la complejidad del presente” (p. 17). Y ciertamente lo consigue. A través de las 204 páginas que integran el libro, el autor ubica primero los conceptos de desinformación, propagan da, información errónea y fake news. Después explica por qué la cultura de las fake news resulta ser un imán para las plataformas, los sistemas de mensajería y las redes sociales, examina los usos del big data por parte de Facebook y Google y describe la relación de Trump y Rusia con las noticias falsas.

En distintas regiones del mundo, el problema de la desinformación ha adquirido unas dimensiones tan grandes que ha intentado ser atajado por medio de instancias supranacionales. Es el caso de la UE, en Europa. De esto habla también Magallón en su libro que describe asimismo la actividad de diferentes actores en la compleja pero imprescindible tarea de verificar la información.

En la parte final, el investigador centra bien el debate sobre los peligros que plantea legislar un fe nómeno que -como afirma en el prólogo Julio Montes, co fundador de Maldita.es- “en realidad no conocemos y que muta cada poco” (p. 15). En la lucha contra la desinformación, Magallón plantea un equilibrio -siempre complicado- que combata el problema de un modo eficaz y que, al mismo tiempo, evite caer en la censura y en el ataque a la libertad de expresión. Para ello, recomienda abrir un debate en torno a lo que se debe y no se debe legislar. Éste puede ser “un buen principio para que posteriormente no tengamos que abrir otro más doloroso sobre sus disfunciones y restricciones una vez aprobada la legislación” (p. 164).

El autor explora también distintos escenarios de futuro relacionados con nuevos formatos, narra tivas y actores en la cultura de las fake news. En la lucha contra éstas, Magallón revindica de modos concretos el papel de los distintos actores implicados: los Estados, las grandes plataformas como Google, Facebook o WhatsApp -que también han sido responsables en la diseminación de las noticias falsas- y los medios de comunicación que, siguiendo a Montes, “deben recuperar su credibilidad perdida y se tienen que convertir en vía de escape de la ciudadanía ante el ruido y la desinformación” (p. 13). La envergadura del problema, sostiene el autor, exige también de nuestra colaboración como lectores, ciudadanos o expertos.

En el libro, recientemente traducido al portugués, destaca la brillantez de algunas observaciones como cuando señala, con Lozano (1984), que no es más poderoso el que más información tiene sino el que más “densidad significativa” sea capaz de crear con esa información, o cuando recuerda que la verdad es uno de los principios fundadores del periodismo (p. 51). Resultan también acertadas otras afirmaciones como la que asegura que, para una democracia, erigirse en juez de la verdad “puede ser más peligroso que la propia desinformación que se pretende denunciar” (p. 160), la que afirma que los usos tecnológicos deben ser pensados como usos sociales y éticos más que políticos y económicos (p. 175) o la intuición de que Instagram podría ser el siguiente nuevo objetivo de la desinformación.

Con “Unfaking the news”, Raúl Magallón estimula la reflexión con datos, ejemplos y audacia y nos permite adentrarnos con más luz ante un fenómeno que sigue siendo complejo, multicausal, opaco, disfuncional y tremendamente dinámico.